martes, 3 de noviembre de 2009

Lectura de Teresa Colomer y Caterina Valriu


Guía de lectura sobre el capítulo “La formación y renovación del imaginario cultural: el caso de Caperucita Roja”, de Teresa Colomer, en De la narrativa oral a la literatura para niños, Gemma Lluch (Edit.)(2006) Bogotá: Norma.
1. ¿Por qué el cuento Caperucita Roja es considerado por Colomer como un excelente ejemplo de formación y renovación? (57)
2. ¿Cuándo aparece la primera versión de Caperucita Roja? Menciones tres elementos comunes a las narraciones tradicionales, mitológicas o populares? (58)
3. ¿Qué elementos de la historia popular de Caperucita no son escritos por Perrault y por qué? (60 – 61)
4. ¿Qué connotación tiene el lobo como trasgresor? (61)
5. ¿Qué diferencias hay entre la Caperucita de Perrault y la de los Grimm?
6. Explique las diversas perspectivas interpretativas del cuento. (63 – 69)
7. ¿Cuáles son los argumentos de Hoodgland frente a la crítica? (70 – 71)
8. ¿Cómo pasó la Caperucita Roja de cuento popular a literatura infantil? (71-73)
9. Mencione dos versiones de reformulación moral o ideológica de la Caperucita Roja. (75-76)
10. Enumere las operaciones de transformación más usuales. (80 – 81)

Lectura de “Los personajes fantásticos: las brujas, los magos, las hadas” en De la narrativa oral a la literatura para niños, de Caterina Valriu, Gemma Lluch (Edit.)(2006) Bogotá: Norma.
1. ¿Cuáles son las características de la bruja de la Edad Media?
2. ¿Cuáles son los atributos de las brujas y qué representan?
3. Describa los espacios de las brujas y sus ayudantes.
4. Mencione los poderes de las brujas y las diferencias que existen entre ellos en los cuentos tradicionales y los cuentos modernos.
5. ¿Cuáles son los tres modelos básicos de brujas?
6. Establezca las diferencias y semejanzas entre las brujas y los brujos, magos y astrólogos.
7. Explique cómo se da la desmitificación de los brujos y magos.
8. ¿Cuáles son los tipos de hadas?
9. Describa las características de los gigantes y ogros.
10. Mencione los cambios que se han dado en la concepción del ogro, en los relatos modernos.
11. Destaque las características fundamentales de los seres diminutos.
12. Explique cuáles son los dos grupos en los que se pueden clasificar los seres diminutos, según Valriu.
13. Explique los cuatro enfoques del uso de los elementos de la tradición: el uso referencial, el uso lúdico, el uso humanizado y el uso ideológico.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Caperucita Roja reinterpretada por Dahl


Estimados estudiantes. Les presento una versión interesantísima, como ejemplo de las nuevas codificaciones, reinterpretaciones, tranformación y desmitificación de las figuras de Caperucita y el Lobo. Noten la autorreferencia -cervantina- que hace el Lobo. Disfrútenla, más adelante. (La imagen es tomada de cineypolitica.blogspot.com)

CAPERUCITA ROJA Y EL LOBO (1982). Roald Dahl. Traducción Miguel Azaola

Estando una mañana haciendo el bobo
le entró un hambre espantosa al Señor Lobo,
así que, para echarse algo a la muela,
se fue corriendo a casa de la Abuela.
"¿Puedo pasar, Señora?", preguntó.
La pobre anciana, al verlo, se asustó
pensando: "¡Éste me come de un bocado!".
Y, claro, no se había equivocado:
se convirtió la Abuela en alimento
en menos tiempo del que aquí te cuento.
Lo malo es que era flaca y tan huesuda
que al Lobo no le fue de gran ayuda:
"Sigo teniendo un hambre aterradora...
¡Tendré que merendarme otra señora!".
Y, al no encontrar ninguna en la nevera,
gruñó con impaciencia aquella fiera:
"¡Esperaré sentado hasta que vuelva
Caperucita Roja de la Selva!"
-que así llamaba al Bosque la alimaña,
creyéndose en Brasil y no en España-.
Y porque no se viera su fiereza,
se disfrazó de abuela con presteza,
se dio laca en las uñas y en el pelo,
se puso la gran falda gris de vuelo,
zapatos, sombrerito, una chaqueta
y se sentó en espera de la nieta.
Llegó por fin Caperu a mediodía
y dijo: "¿Cómo estás, abuela mía?
Por cierto, ¡me impresionan tus orejas!".
"Para mejor oírte, que las viejas
somos un poco sordas". "¡Abuelita,
qué ojos tan grandes tienes!". "Claro, hijita,
son las lentillas nuevas que me ha puesto
para que pueda verte Don Ernesto
el oculista", dijo el animal
mirándola con gesto angelical
mientras se le ocurría que la chica
iba a saberle mil veces más rica
que el rancho precedente. De repente
Caperucita dijo: "¡Qué imponente
abrigo de piel llevas este invierno!".
El Lobo, estupefacto, dijo: "¡Un cuerno!
O no sabes el cuento o tú me mientes:
¡Ahora te toca hablarme de mis dientes!
¿Me estás tomando el pelo...? Oye, mocosa,
te comeré ahora mismo y a otra cosa".
Pero ella se sentó en un canapé
y se sacó un revólver del corsé,
con calma apuntó bien a la cabeza
y -¡pam!- allí cayó la buena pieza.

Al poco tiempo vi a Caperucita
cruzando por el Bosque... ¡Pobrecita!
¿Sabéis lo que llevaba la infeliz?
Pues nada menos que un sobrepelliz
que a mí me pareció de piel de un lobo
que estuvo una mañana haciendo el bobo.